Con Co de Colaboración
Hay una frase que mis hijos repiten en bastantes ocasiones, la cual me ha llamado siempre la atención, y dice así: “compartir es vivir”.
Cuando alguien en casa lanza esta frase, no falla, se inicia un debate colectivo de si la frase correcta es “vivir es compartir” o si bien dice “compartir es vivir”. Pero la discusión acaba rápido, no importa, el mensaje está claro.
Sin duda la vida es un constante compartir. Vivimos en comunidad, nos guste o no, la gran mayoría de la humanidad vive compartiendo su espacio y sus vidas con familiares, vecinos, compañeros de trabajo, conocidos y una inmensa cantidad de desconocidos. Nuestros trabajos, nuestras vidas privadas, las empresas, se enmarcan en espacios colaborativos creando pequeños ecosistemas en los que nos relacionamos entre nosotros.
Cierto es que en ocasiones nuestro entorno nos genera molestias, interceden en nuestras vidas, pero en muchas otras ocasiones ha sido gracias a la colectividad que hemos tenido la gran suerte de poder contar con la ayuda de los demás. Gracias a la colectividad hemos logrado afrontar fenómenos brutales y sin precedentes que juntos y unidos hemos podido sobrellevar mejor, como el COVID, o la DANA de Valencia. El ser humano ha demostrado en repetidas ocasiones que el instinto colaborativo es algo que llevamos dentro, nos viene de fábrica, grabado en el ADN. Quizás sea el instinto de supervivencia el que nos lleva a colaborar (no soy antropólogo ni se me espera en este oficio), pero lo que sí tengo claro es que a todos nos gusta mirar al lado y saber que hay alguien ahí con quien remar.
Pero no solamente compartimos y colaboramos cuando la cosa aprieta. Colaborar cobra mayor sentido cuando vemos que así podemos llegar más lejos. Todos prestamos más atención cuando una propuesta va acompañada de las palabras mágicas “win-win”; en el que todos juegan y todos ganan. Es en este punto cuando lanzo mi teoría (y a quien no le convenza, estaré encantado de abrir debate) sobre la colaboración en el sector inmobiliario. Los sectores empresariales no dejan de ser comunidades, que conviven para lograr sus objetivos, individuales y colectivos. Para mí, la colaboración es sin duda una de las mejores maneras de trabajar, y en el sector inmobiliario con más razón aún, ya que sin ella no llegaríamos ni a la mitad de donde llegamos. Y sí, es también en este punto cuando algunos de vosotros habréis atado cabos y deducido el porqué del nombre de mi empresa, CO Real Estate, creada con la visión puesta en trabajar de una manera colaborativa, abierta y transparente. Sí, creo mucho en la COlaboración, en crear COmunidad en todo lo que hago y en no dejar nunca de COmpartir. Los que me conocen bien saben que lo que digo es real y sincero.
Trabajar en colaboración no es algo exclusivo del inmobiliario, pero es en el sector inmobiliario en el que las prácticas colaborativas cobran un papel protagonista. Sin embargo, no todas las agencias inmobiliarias son afines a la colaboración. Algunas, por no compartir la práctica como política de empresa, otras por practicarla, pero con malas artes (una pena y uno de los aspectos que provocan la mala reputación que arrastra nuestro sector).
Podríamos pensar que internet, los portales inmobiliarios o incluso las redes sociales, que tienen tanto alcance, serían suficientes para encontrar ese cliente, esa media naranja para tu inmueble. Pero no siempre es así. Es entonces cuando trabajando en colaboración puedes llegar hasta donde necesitas llegar y, entre todos, prestar un servicio rápido y eficiente a nuestros respectivos clientes. Colaborar activamente implica, sin embargo, tener claras las premisas básicas de una buena colaboración: transparencia y confianza. No todos los agentes inmobiliarios están preparados ni mentalizados para ello, pero los que sí lo estamos, vemos como sumando esfuerzos con tus más afines competidores, llegamos más lejos.
Quedan lejos esos tiempos en que la opacidad reinaba en el sector y se pensaba que tener la información era tener el poder. Hoy en día la información está al alcance de todos. Los datos son abiertos, los compartimos, creando conjuntamente un conocimiento colectivo de gran valor. El reto actualmente está en saber diferenciarse. Los datos ya no son la clave. La clave está en saberlos usar para aportar valor a tus clientes.
La base de toda buena colaboración, en mi opinión, está en transparencia y la no opacidad, conocer los clientes que aporta cada una de las partes, con la confianza y el respeto y sabiendo que de esa alianza saldrá todo el mundo beneficiado.
Algunos dirán que colaborando toca compartir los honorarios, a veces incluso entre de dos, tres y hasta cuatro agentes en una misma operación. Pero también es verdad que, sin la colaboración, muchas operaciones ni siquiera prosperarían. Además, cada vez se está profesionalizando más el sector inmobiliario evolucionando hacia un modelo en el que cada parte cobra de su cliente. Y si os digo la verdad, es un modelo que me gusta, por ser más limpio, justo y transparente, y además te facilita mucho más trabajar cómodamente en colaboración, ofreciendo a los clientes un servicio totalmente enfocado a ellos, quienes contarán con su propio asesor durante todo el servicio. Y os diría más: pensando en el cliente, que al fin y al cabo es el protagonista en cualquier negocio, creo que cualquier transacción inmobiliaria siempre debería ir de la mano de un profesional acreditado (quizás con unos estudios inmobiliarios reglados, quizás con una licencia que le permita operar). Solo así podremos garantizar un sector inmobiliario riguroso, ético y con garantías.
En definitiva, ir solo para mí ya no es una opción. Tampoco debería ser una opción para los clientes. Y quién decida ir solo, mis respetos, y que le vaya bien.
Pd. Pero, ¡cuidado!, sin olvidarse en todo momento que mejor solo que mal acompañado.
Toni López Doñaque
Consultor Inmobiliario y CEO fundado de Co-Real Estate